No hay nada que te proteja al 100%. Sin embargo, el uso de software libre en materia de autoprotección ha demostrado ser eficaz para resguardar las comunicaciones y la información de las personas de manera transparente. Si se trata de seguridad, no quieres que tus programas tengan puertas traseras* o funciones ocultas que vulneran tu privacidad. El software libre es respaldado por una comunidad mundial amplia y vigorosa de desarrolladorxs, usuarixs, instituciones académicas e incluso gubernamentales.
El software libre se ha desarrollado bajo 4 libertades: La libertad de uso, libertad de conocimiento, libertad de modificación y libertad de compartir. Todas estas libertades permiten que esta tecnología se adapte a las necesidades de las personas, quienes también pueden apropiarse de ellas y desarrollarlas como mejor les convenga. El software privativo por el contrario, impone a las personas la obsolescencia programada, el uso de su marca, la entrega de información sensible, le obliga al pago de costosas licencias y las vuelve hiper dependientes de sus productos.
Accesos privilegiados que las empresas de software pueden colocar en sus programas, permitiendo el control del equipo de cómputo sin el conocimiento de la persona usuaria.